Bushido

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domingo, 1 de noviembre de 2009

Bushido 1



jin





...no tengo naves, hago de mi voluntad mi barca para cruzar el mar...



Ha pasado la noche y he aquì que recojo mis herramientas: el tacto, el gusto, el olfato, el oìdo, la vista, el amor y me despido. No tengo naves, esta noche las he quemado. No tengo naves, esta noche he abandonado toda esperanza de vuelta y todo temor de camino. Avanzo sin miedo y sin esperanza. Y suelto las riendas de mi corazòn.
Descanso.
Soy libre.
No tengo cadenas, no tengo prisiòn, lo ùnico que me ata son las cintas a mis zapatos.

No tengo naves. Miro el horizonte y el humo de la madera señala el camino por el que nunca volverè a andar. No tengo motivos. Soy libre y es menester saber què hacer con tanta libertad.


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Nueve en el primer lugar: un dragòn oculto. Aùn no actùa.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Bushido - 2




Meiyo




...no tengo destino, hago de este viaje el incesante camino...


Muto.
Muto y en la mutaciòn me desconozco.

Muto y en la mutaciòn mi cuerpo se transforma y no quepo en èl, se vuelve carcel de donde -sin paciencia-no podrè salir. Muto, muto y en la mutaciòn lloro por lo que fui. No me conozco. Este rostro que me mira que no es mi rostro, estos ojos que me ven que no son mis ojos, estas manos que me atan que no son mis manos, estos pies que no son mis pies, este cuello que no es mi cuello, esta espalda que no es mi espalda, este cansancio que no es mio, esta fuga de mì que no soy yo ni soy quien fui.


La nada.
Shunyata murmurante.

Tocamos tierra en la terrible isla de los efebos y mi espìritu que no es mio se impacienta. ¿Què clase de ansiedad es esta que me apremia a vivirla? ¿Què signos son estos que no reconozco? ¿Què voz, esta que oigo con destellos de un rostro querido? ¿Eres tù, Ulises?

Eres tù, Ulises, o es - apunta de no ver nada- que alucinan mis ojos. Identifìcate, quimera, fantasma o ilusiòn que te materializas ante mì. [¿Es esa -su piel- la piel que mis dedos aman y mis labios cansados y estragados de sol, desean? ¿Es ese el oasis donde me quiero sumergir, donde quiero descansar cansado de tanta sal? ¿Es este tu pecho, Ulises, o es vana ansiedad?]
Me mira con esos ojos, ¡se parecen a tus ojos! Me habla con esa voz que canta como tu voz. ¿Desvario, acaso, tambièn yo? Lo miro y divento bengala: ¿sei tu? ¿sei tu? Sus manos recorren mis ansias, conocen i segretti de i miei desideri, saben dònde venir a posar ¿Sei tu, Odiseo, e non ti reconozco, ciega de tanto buscar? Habla le tue parole, respira con tu aliento, camina con tus pies. ¡Sorride col tuo sorriso!
¡Es Ulises!
¡Es Ulises!
Grita mi ser.
...

Despierto. Alguien pone agua fresca en mi frente. Rayos del sol lastiman mis pupilas. Atardecezco entre rocas y arena blanca. Princesa - susurra. Princesa -repite. Abro los ojos. Un Efebo niño se sienta junto a mì y me pregunta si sè còmo vuelan los dragones. Yo soy un tigre-dice- gggrrrrrrrrr - ruge. Lo miro. Princesa, sientate aquì - solicita/ordena señalando una roca a su lado. ¿Princesa? ¿Princesa? -pregunto. Miro mis ropas y las orlas cuelgan da pertutto. Princesa... ¿en què me convertì? Miro mis ropas y no encuentro mi espada, miro mis ropas y no encuentro mi camisa, miro mis ropas y està ausente mi pantalòn. Miro mis ropas y veo caer sobre ellas mis cabellos sueltos y enredados. Efebo niño sonrie y me lleva de la mano hasta mis compañeros de viaje: un pirata cojo se bate contra efebos que en lengua extraña le llaman; defiende -tal fue su promesa- el honor y la vida de la tripulaciòn. Las esquirlas de capitàn DeLlira en mì me hacen buscar la herida en su costado para ver si ha sido curada por efecto del sol y la sal, del alcohol y los tres dìas de guardar. La herida està abierta, mas parece no sangrar. ¡Salvate! - me grita mientras continua en feroz batalla con el efebo mayor. ¡Contra estos no tienes protecciòn, has perdido tu espada, te confundes, no son Ulises, no son tu Ulises!
Busca la nave, seca las velas, reune tripulantes, carga municiones, ¡parte! que yo defenderè con mi cuerpo el ataque de los efebos. ¡Sàlvense ustedes! ¡Teneis que partir!

Corro por la arena, efebo niño me sigue, ¡princesa, princesa!, ¿adònde vas? Detengo mi carrera, volteo, lo miro. Su sonrisa es tan bella que por un segundo me encanta y sonrio tambièn yo. Me hipnotiza la isla, me hipnotiza el mar, me hipnotiza la arena, me hipnotiza la sal. Escucho a lo lejos el grito implacable del pirata. ¡A casa! digo mientras desentierro mi espada, mientras encuentro mis mangas y sacudo de mis ojos la imagen hermosa del falso Ulises visto al amanecer. ¡A casa!, repito y busco la nave, reparo las velas, reuno tripulantes, cargo municiones.

Princesa, adònde vas?- vuelve a preguntar. Me queda claro entonces que a la isla de los Efebos uno llega cuando tiene que llegar. Cuando las preguntas necesitan respuestas y cuando hay olvido cubriendo la realidad. Una palabra, esta vez. Una palabra que encierra un mundo. Otro cuenco màgico para ver el camino.

[Què es esta lucha que acontece en mi pecho; què, esta batalla que se libra en mi cuerpo. Què son estos cantos de sirenas en mi voz, estos murmullos de silencio en mis oidos; què, esta inmovilidad del tiempo por un segundo que detiene mis pies y me ata para desatarme despuès. Què, esta ansiedad y estas ganas de volar, y volar y volar. Què, estas ganas de volar lejos, màs lejos, màs allà de Màs Allà y màs allà de Màs Allà.]

Dios!! tù que me has hecho dios y yo que no sè cambiar.

[aun te llamo, aun te llamo]
[aun me llama, aun me llama]


Ulises no està acà.
Huyo corro escapo gritando mis piernas cansadas mi tobillo lastimado mis pies de plomo enterrado huyo corro escapo gritando acosado por fantasmas quimeras y visiones No son Ulises no son Ulises me sacude el corazòn no son Ulises no son Ulises Huyo corro escapo gritando la espada en mano cortando todo lo que se interpone entre mi barca y yo huyo corro escapo gritando adònde voy, adònde voy!!

...

Arrancada de la arena descansa en su camarote la señora C. Arrancada de la isla. Heridas màs, heridas menos. Y otro camino para navegar. Aferradas sus manos a la tierra y la espada, aferrado su deseo a las olas, aferrado su presente a Màs Allà, señora C vuelve en sì poco a poco. Què ha sido esto? realidad o solo fantasìa luego de tanto naufragar?

...

No es èl, no es èl, escucho el grito en mis oidos, no es èl, no es èl, se agita mi corazòn, no es èl, no es èl, se desesperan mis manos. No es èl. Y en no ser èl recupero la certeza de este viaje, de este periplo sin guia y sin timonel, hacia el recuerdo, hacia la ausencia, hacia querer. Y mi agobio, y mis làgrimas, y mi ansiedad se revuelven, se retuercen, se agitan, se liberan. Cedo. No tengo fuerzas hoy. Luego del trance y la mutaciòn no quedan fuerzas en mì para librar màs batallas. Luego de arrancar a la señora C de la isla no tengo màs fuerzas. Luego de navegar perdido sin rumbo interior, mi rosa de los vientos està agotada.

Oigo tu voz que me llama desde màs allà, desde Lugar Comùn y amarro mis venas a las velas saladas que me llevan, oigo tu voz que me llama como recuerdo de realidad y sacudo este embrujo de mi cabeza, sacudo este atardecer y este amanecer entre figuras maravillosas y cuerpos brillantes. Guardo mis palabras y mis ojos, reuno en un solo bulto mis ansias y mis fantasìas.

Voy a por ti, Ulises, navengando en este barco sin timonel ni capitàn, voy a por ti, Ulises.

Voy màs allà de Màs Allà, por extensiones interminables de tierra -y mar - estéril; eso nos dijo el sabio, cuando vio la seriedad en el intento de zarpar. Pero era esto o lo mismo a la orilla, esperando a Ulises, acosada por musculosos y patanes, por sucios de amplia sonrisa y palabra aduladora. No es posible resistir más, Ulises, y por ello he tenido que saber por dónde navegan tus instintos…

...

La nada
Shunyata silenciosa


En el movimiento acompasado de la nave, una vez partido de la isla, me hablo. ¿Què estoy buscando? Recuerdos. Recuerdos. Torsos desnudos que no son lo que deseo, sino lo que quiero ser. Un torso libre y desnudo caminando tranquilo por la arena. Un torso desnudo y tranquilo recorriendo el universo. Un torso desnudo y tranquilo volviendo a ser.

¿Què es esto? Un polizonte en la nave!! ¡Vive dios, que se ha subido!
¿Què, se ha subido? ¿Quièn osa trepar a mi nave sin permiso?


.......

(trata de regresar que yo no sè volar en tu cielo)

mùsica de fondo

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Bushido - 3



Rei





...no tengo patita, es que la tengo desconchabadita...


El capitàn DeLlira està sentado en la orilla de la nave que se suponìa debìa guiar. Sòlo por nombre fue elegido. DeLlira hace de Tifis y para evitar ser sentenciado por las Moiras, renuncia al timòn y se hace a un lado. En su lugar, la Infanta U se hace cargo. Sentado està hace tres diarios mirando el mundo lejano a travès de su caleidoscopio lunar. "Tres dìas sobreviven los marinos en la mar - piensa - tres dìas para llegar a la isla a la que no sè bien a bien si quiero arrivar".

...

Se le mira, contrito. Quizo contar la travesìa y se atrasò por diversos motivos. Uno de ellos, el recuerdo aùn tangible de la primera locura brumosa que le vio arrojarse al mar desnudando su travestida personalidad y gritando desde su no-ronco pecho: no soy machìn!! extendieronse sus alitas pedestres y sus atados cabellos se liberaron. Cayò por mar su traje de marino y al descubierto quedò el sìmbolo del dragòn grabado en cintura reducida. Tritòn la recibìa.

Tiempo ha de esa aventura, la marca permanece sin embargo como herida de guerra en el pie siniestro. Amarra consigo, regalo y tesoro, el primer objeto en la cinta de su espada samurai: el cuenco màgico que Tritòn le dio, aquèl que muestra el camino a seguir para navegar sin peligro hasta el siguiente lugar. Un par de escamas brillantes cuelgan y tintinean en su cuello empezando asì un nuevo collar.

Avanza el navìo saliendo de la espesa bruma. Una herida en el costado desangra a la señora C, herida que -aprovechando el puñal la bruma- la obliga a delirar. DeLlira trasmutado hace las veces de compañìa y enfermero: ¡Capitàn, capitàn! llama a gritos desde su camarote la señora C. Acaso aùn por sus heridas no ha visto que ya no hay màs capitàn. Una niña pequeña intenta hallar sus otrora de plomo pies.

DeLlira delira entre las redes mirando el amanecer. Una ligera nostalgia le roza el alma: ha dejado de ser lo que antes fue. Ha amanecido y con el sol se mira la isla delante, la temida isla con sus cuarenta vigilantes, desnudos todos del torso hacia arriba. DeLlira delira mientras piensa còmo amarrarà sus impulsos de dragòn carnìvoro liberado para poder socorrer a su amiga en este trance. Se pregunta tambièn porquè viene en este viaje.

DeLira se aquieta, acompasa su respiraciòn con el tranquilo ponto y respira profundamente aspirando el adelantado olor de los Efebos espectantes. El aire los acerca, los escollos los alejan.

DeLlira se prepara: ¿còmo tomarè mi espada con fuerza suficiente? ¿Còmo tenderè el hombro para la cabeza de la compañera herida? ¿Còmo caminarè al ritmo de la urgencia que demandan estas heridas? DeLlira sigue curando sus propias heridas. Se dobla en este amanecer bajo el peso de su cuello lastimado y resentido, de sus vertebras desplazadas, cojea el paso siniestro y no alcanza por màs que se apresure al diestro en el andar. Mira su cuerpo, lo sabe lastimado, se sabe dolido, se conoce herido. Y una nueva tristeza en èl hace nido. Paciencia y disciplina - susurrò el Oràculo de Ching al consultarlo en la partida. Paciencia y disciplina, lo que nunca ha podido conseguir.

¿Estoy acaso equivocando el rumbo? -resuena en sus oìdos. Una mueca de triste felicidad acompaña su latido. Ha dejado de ser lo que antes fue. Un requiem por el hombre muerto. Un minuto de silencio por el capitàn DeLlira, timonel encantador de sirenas ignorantes y bonachones jinetes. Caìdo a manos de una mora salamandra acuàtica.

Pero ¿DeLlira ha dejado de ser? Acaso ahora màs que nunca vuelva a mutar, como desesperado Orlando, para cruzar la tierra que se avecina con sus cuarenta peligros y colgar en su cinta y en su collar solamente trofeos, sin nada que lamentar.

viernes, 28 de agosto de 2009

Bushido - 4


Gi - [si la oportunidad no surge, se sale de su camino para encontrarla]





...no tengo brùjula, hago de mi instinto mi rosa de los vientos...

Habla -oh, Musa - de aquella mujer de multiforme ingenio que, despuès de construir la sacra tela que envolverìa su cuerpo, se lanzò a peregrinar -harta como estaba de esperar- larguìsimo tiempo. Vio poblaciones y conoció a los hombres y sus costumbres y padeciò en su ànimo gran número de trabajos en su navegaciòn por el pronto, en cuanto procuraba salvar su vida y la de sus compañeras en la travesìa por las inmensidades del fantàstico mundo Real de Màs Allà en busca de la tierra prometida, conocida como Lugar Comùn, en donde, cuenta la leyenda, los verbos se conjugan en carne y presencia.

Rapsodia I

La conjura de las necias - travesìa por parajes desconocidos - la llegada a Puerto de S - encuentro con Tritòn

Ya en aquel tiempo, las que habìan podido escapar de las ruecas y agujas se acercaron para decidir su camino. Hartas ya de estar hartas y esperando decidieron tomar las riendas de sus vidas y partir, atravesar las extensiones de Màs Allà en busca de Lugar Comùn. Asì probarìan tambièn su fortaleza y entenderìan (de paso) las visisitudes y tentaciones que acechan en los caminos. Lancemonos a la mar! cantaban alegremente. Lancemonos a la mar! y ya sus almas vibraban al compás de las olas imaginarias.

Y fue asì que una tarde de verano, no pudiendo posponer màs, en navìo rojo y pequeño se han lanzado a la mar. Cantan y cantan las cuatro jinetes, cantan sonrientes sin ningún penar.

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Y si quiere usted saber a quièn nombraron capitàn, ahì le dejo la foto del pirata cojo, con parche en el ojo, con cara de no tan malo; un viejo truhan capitàn de un barco que no llevaba por tripulaciòn a un par de tibias y una calavera.

viernes, 7 de agosto de 2009

Bushido - 5



Chugo


...no tengo cama, hago de mi mente mi lugar de reposo...


Està por amanecer - pienso mirando la oscuridad por mi ventana.
Sigo dando vueltas. Hacìa semanas que esto no ocurrìa y ahora el insomnio de nuevo se ha metido en mi cama enredadose en mis sàbanas, poseeyendo mi almohada exiliandome de mi colchón. Me levanto, me siento en la orilla, veo una pelìcula en la televisiòn, tomo agua, me da hambre, como cereal, leo, respiro, està por amanecer - repito.

¿Què dìa es este que con urgencia me llama a vivirlo? ¿Què signos son estos que igual que pirañas mordizquean mis costados sin arrancarme tajos? ¿Què aires son estos que no reconozco, con aroma a chocolate lejano? ¿Y quièn es esta voz que aconseja respirar mientras se apea en mi cabeza?

Una vez màs levantar la cabeza.

Hay varios motivos invitaciones al insomnio, con el paso de las horas van cayendo las noticias, las certezas, las constataciones, las palabras, las acciones, los temores... ah sì, esos temores de que los deseos se hagan realidad y no tenga la sabidurìa ni la entereza para cumplirlos.
Y si dios decide hacerme dios...

Dios, hazme dios, hazme dios! clamò èl como clamo ahora yo. Dios, hazme yo, hazme yo! ¿y si dios decide hacerme yo? ¿Què voy a hacer si de pronto amanece y veo que soy yo? ¿Què voy a hacer cuando ya no haya màs que hacer excepto ser lo que a gritos pido ser?

Y què voy a hacer ahora que me ven, gata travestida por los balcones, caballero funàmbulo con la izquierda herida, marinero de barquito con càscara de nuez, lanzadora de botellas al mar de los designios, Miaulina de cera, Anònimo de sal.

Y què voy a ser ahora que no hay màs que hacer.

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Mi querida señora C: hoy me enojo. La repeticiòn de frases en bocas distintas, el mismo final en diversos caminos, la misma mentira en otrora verdades. El mal de nunca acabar. ¿Cuàles son los tiempos, entonces, que oigo galopantes? ¿Me engañan mis oìdos? ¿Ven mis ojos alucinaciones a punta de no ver nada? Y què pena, què pena me da.

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Alessa me dice que soy su valiente favorito. Hoy siente ganas de llorar el valiente de Alessa, se sienta bajo el mismo àrbol que Didi y Gogo y espera sin saber esperar. Lleva herida la rodilla izquierda, el tobillo izquierdo, el cuello izquierdo. ¿Alguien sabe què lado es, masculino o femenino; noche o dìa; solo o luna? Se sienta y quiere llorar por sus heridas. Sabe que esta vez no son en vano, hay un motivo importante por el cual se ha lanzado de nuevo a la batalla (queriendo ser radical en la dulzura ) pero està cansado, su cuerpo està agotado y su mente camina dando pasos en falso. El funàmbulo DeLlira no puede cruzar hoy. Està lastimado. Està triste, està dolido. Mira a sus compañeros de batalla y llora en silencio sin làgrimas en los ojos por ellos tambien, porque sus armaduras estàn agrietadas, porque estàn travestidos, porque tienen un buen objetivo y luchan con todo lo que pueden ser. Porque siguen un llamado que aun no saben si es de dios o del diablo.

Y caminan, a travès de la noche, solos y acompañados, luciernagas desterradas, abandonando Màs Allà. No señor, es que ya no queremos estar mas allà. Sino Acà, en la tierra de siempre serà.



[Preambulo al viaje a travès de Màs Allà en busca de Lugar Común]

jueves, 9 de julio de 2009

Bushido - 6


Yu



...no tengo espada, yo hago de mi constancia mi defensor...


[Hay una ligera tristeza, expansiòn subterranea de melancolía huèrfana de nombre y apellido. Sólo asì, un ligero temblor de piernas, un paso en falso que no llega a doblar ni caer, una incertidumbre que enciende un cerillo.]

Incapaz aun de sostenerme a mì mismo. Sigo, sigo, camino.

(¿O creo que camino? ¿O finjo que camino?)

Igual que el samurai busco ser el guerrero del valor. Hago de mi cuerpo la construcciòn de mi destino. Extiendo mis voluntades, asfixio mis miedos, enciendo mi coraje. Hago de mi cuerpo mi trabajo volitivo.

¡Pero estos brazos, dèbiles a punta de olvido! Pero estos brazos dèbiles que se vencen bajo el peso de mis pensamientos. Pero estos brazos que sòlo a otro sabìan abrazar y que al volverlos a mì me desconocen, me rechazan, me sueltan, me tiran, me jalan, me lastiman. Pero estos brazos que aùn no me pueden soportar. Estos brazos que necesito reenseñar.

Tiempo, paciencia, fe, es cuestiòn de.
Y me miro, me observo, me pregunto: ¿es acaso mi cuerpo culpable de su debilidad? ¿no fui yo quien lo dejò olvidado en un rincòn enterrado bajo montones de pereza y desdèn? Vuelvo a insistir entonces. Una vez màs sin tocar el piso, una vez màs extendidos a los lados, una vez màs de cabeza, una vez màs hacia el frente.

ser lo que quiero ser requiere un gran esfuerzo. y un largo tiempo.

lunes, 6 de julio de 2009

Bushido - 7

Makoto



...no tengo armadura, yo hago de mi corazòn mi protección...



Ya estàn muy cerca, Señora C; ya los oigo, percibo los cascos golpeando la tierra y las amarras de las fundas siseando entre las piedras.

Ya estàn muy cerca, tan cerca que es posible percibir el olor de la advertencia. Es menester tomar las providencias. Apearse en el centro de uno mismo y mirar, con ojos bien abiertos, las puertas de entrada.

(pero no olvides tù que la dama Miaulina es fanàtica de fundirse entre muros y atravesar ventanas, que Lady I se lanza entre lianas mientras que la Condesa de L se cuela en ondas agudas y la señora C maneja la bruma)

Ya estàn cerca, tan cerca que traen consigo la hora señalada para cumplir las promesas.

(¿Seremos capaces de hacer florecer el verbo que tanto invocamos?)

Ya estàn cerca, señora C, tan cerca que nos erizamos desde la espina y respiramos dispuestos a la tierra de nadie, a Màs allà donde el aquì sì se realiza en subjuntivo pluscuamperfecto.

Ya estàn cerca, señora C, tan cerca que nuestros espiritus de guerrero ya se agitan y reverberan en la felicidad del encuentro.

No hay màs tibiezas, salimos a por lo nuestro, buscamos el abrigo rocoso donde guarecer las armas, llegamos al final del ùltimo pasillo, ya no más manzanas envenenadas, no màs renegar de nuestro apellido, basta de tejer mortajas, ni un hilo màs para matar un ser distinto, no màs quedar en solitario al pie de la cruz, sin reloj marcando las doce, no màs detràs de la puerta, adios a morir esperando en el desierto, no a las espadas amenazando nuestros cuellos, no subir màs a un aviòn con otro vuelo, y no tejer màs en la rueca de los miedos.

......


Caballero de las melodìas distorsionadas, Caballero funàmbulo DeLlira, Caballero danzante de las alturas, Caballero de rostro tripartito... y no màs arrinconarse y cavilar.