Bushido

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domingo, 20 de septiembre de 2009

Bushido - 2




Meiyo




...no tengo destino, hago de este viaje el incesante camino...


Muto.
Muto y en la mutaciòn me desconozco.

Muto y en la mutaciòn mi cuerpo se transforma y no quepo en èl, se vuelve carcel de donde -sin paciencia-no podrè salir. Muto, muto y en la mutaciòn lloro por lo que fui. No me conozco. Este rostro que me mira que no es mi rostro, estos ojos que me ven que no son mis ojos, estas manos que me atan que no son mis manos, estos pies que no son mis pies, este cuello que no es mi cuello, esta espalda que no es mi espalda, este cansancio que no es mio, esta fuga de mì que no soy yo ni soy quien fui.


La nada.
Shunyata murmurante.

Tocamos tierra en la terrible isla de los efebos y mi espìritu que no es mio se impacienta. ¿Què clase de ansiedad es esta que me apremia a vivirla? ¿Què signos son estos que no reconozco? ¿Què voz, esta que oigo con destellos de un rostro querido? ¿Eres tù, Ulises?

Eres tù, Ulises, o es - apunta de no ver nada- que alucinan mis ojos. Identifìcate, quimera, fantasma o ilusiòn que te materializas ante mì. [¿Es esa -su piel- la piel que mis dedos aman y mis labios cansados y estragados de sol, desean? ¿Es ese el oasis donde me quiero sumergir, donde quiero descansar cansado de tanta sal? ¿Es este tu pecho, Ulises, o es vana ansiedad?]
Me mira con esos ojos, ¡se parecen a tus ojos! Me habla con esa voz que canta como tu voz. ¿Desvario, acaso, tambièn yo? Lo miro y divento bengala: ¿sei tu? ¿sei tu? Sus manos recorren mis ansias, conocen i segretti de i miei desideri, saben dònde venir a posar ¿Sei tu, Odiseo, e non ti reconozco, ciega de tanto buscar? Habla le tue parole, respira con tu aliento, camina con tus pies. ¡Sorride col tuo sorriso!
¡Es Ulises!
¡Es Ulises!
Grita mi ser.
...

Despierto. Alguien pone agua fresca en mi frente. Rayos del sol lastiman mis pupilas. Atardecezco entre rocas y arena blanca. Princesa - susurra. Princesa -repite. Abro los ojos. Un Efebo niño se sienta junto a mì y me pregunta si sè còmo vuelan los dragones. Yo soy un tigre-dice- gggrrrrrrrrr - ruge. Lo miro. Princesa, sientate aquì - solicita/ordena señalando una roca a su lado. ¿Princesa? ¿Princesa? -pregunto. Miro mis ropas y las orlas cuelgan da pertutto. Princesa... ¿en què me convertì? Miro mis ropas y no encuentro mi espada, miro mis ropas y no encuentro mi camisa, miro mis ropas y està ausente mi pantalòn. Miro mis ropas y veo caer sobre ellas mis cabellos sueltos y enredados. Efebo niño sonrie y me lleva de la mano hasta mis compañeros de viaje: un pirata cojo se bate contra efebos que en lengua extraña le llaman; defiende -tal fue su promesa- el honor y la vida de la tripulaciòn. Las esquirlas de capitàn DeLlira en mì me hacen buscar la herida en su costado para ver si ha sido curada por efecto del sol y la sal, del alcohol y los tres dìas de guardar. La herida està abierta, mas parece no sangrar. ¡Salvate! - me grita mientras continua en feroz batalla con el efebo mayor. ¡Contra estos no tienes protecciòn, has perdido tu espada, te confundes, no son Ulises, no son tu Ulises!
Busca la nave, seca las velas, reune tripulantes, carga municiones, ¡parte! que yo defenderè con mi cuerpo el ataque de los efebos. ¡Sàlvense ustedes! ¡Teneis que partir!

Corro por la arena, efebo niño me sigue, ¡princesa, princesa!, ¿adònde vas? Detengo mi carrera, volteo, lo miro. Su sonrisa es tan bella que por un segundo me encanta y sonrio tambièn yo. Me hipnotiza la isla, me hipnotiza el mar, me hipnotiza la arena, me hipnotiza la sal. Escucho a lo lejos el grito implacable del pirata. ¡A casa! digo mientras desentierro mi espada, mientras encuentro mis mangas y sacudo de mis ojos la imagen hermosa del falso Ulises visto al amanecer. ¡A casa!, repito y busco la nave, reparo las velas, reuno tripulantes, cargo municiones.

Princesa, adònde vas?- vuelve a preguntar. Me queda claro entonces que a la isla de los Efebos uno llega cuando tiene que llegar. Cuando las preguntas necesitan respuestas y cuando hay olvido cubriendo la realidad. Una palabra, esta vez. Una palabra que encierra un mundo. Otro cuenco màgico para ver el camino.

[Què es esta lucha que acontece en mi pecho; què, esta batalla que se libra en mi cuerpo. Què son estos cantos de sirenas en mi voz, estos murmullos de silencio en mis oidos; què, esta inmovilidad del tiempo por un segundo que detiene mis pies y me ata para desatarme despuès. Què, esta ansiedad y estas ganas de volar, y volar y volar. Què, estas ganas de volar lejos, màs lejos, màs allà de Màs Allà y màs allà de Màs Allà.]

Dios!! tù que me has hecho dios y yo que no sè cambiar.

[aun te llamo, aun te llamo]
[aun me llama, aun me llama]


Ulises no està acà.
Huyo corro escapo gritando mis piernas cansadas mi tobillo lastimado mis pies de plomo enterrado huyo corro escapo gritando acosado por fantasmas quimeras y visiones No son Ulises no son Ulises me sacude el corazòn no son Ulises no son Ulises Huyo corro escapo gritando la espada en mano cortando todo lo que se interpone entre mi barca y yo huyo corro escapo gritando adònde voy, adònde voy!!

...

Arrancada de la arena descansa en su camarote la señora C. Arrancada de la isla. Heridas màs, heridas menos. Y otro camino para navegar. Aferradas sus manos a la tierra y la espada, aferrado su deseo a las olas, aferrado su presente a Màs Allà, señora C vuelve en sì poco a poco. Què ha sido esto? realidad o solo fantasìa luego de tanto naufragar?

...

No es èl, no es èl, escucho el grito en mis oidos, no es èl, no es èl, se agita mi corazòn, no es èl, no es èl, se desesperan mis manos. No es èl. Y en no ser èl recupero la certeza de este viaje, de este periplo sin guia y sin timonel, hacia el recuerdo, hacia la ausencia, hacia querer. Y mi agobio, y mis làgrimas, y mi ansiedad se revuelven, se retuercen, se agitan, se liberan. Cedo. No tengo fuerzas hoy. Luego del trance y la mutaciòn no quedan fuerzas en mì para librar màs batallas. Luego de arrancar a la señora C de la isla no tengo màs fuerzas. Luego de navegar perdido sin rumbo interior, mi rosa de los vientos està agotada.

Oigo tu voz que me llama desde màs allà, desde Lugar Comùn y amarro mis venas a las velas saladas que me llevan, oigo tu voz que me llama como recuerdo de realidad y sacudo este embrujo de mi cabeza, sacudo este atardecer y este amanecer entre figuras maravillosas y cuerpos brillantes. Guardo mis palabras y mis ojos, reuno en un solo bulto mis ansias y mis fantasìas.

Voy a por ti, Ulises, navengando en este barco sin timonel ni capitàn, voy a por ti, Ulises.

Voy màs allà de Màs Allà, por extensiones interminables de tierra -y mar - estéril; eso nos dijo el sabio, cuando vio la seriedad en el intento de zarpar. Pero era esto o lo mismo a la orilla, esperando a Ulises, acosada por musculosos y patanes, por sucios de amplia sonrisa y palabra aduladora. No es posible resistir más, Ulises, y por ello he tenido que saber por dónde navegan tus instintos…

...

La nada
Shunyata silenciosa


En el movimiento acompasado de la nave, una vez partido de la isla, me hablo. ¿Què estoy buscando? Recuerdos. Recuerdos. Torsos desnudos que no son lo que deseo, sino lo que quiero ser. Un torso libre y desnudo caminando tranquilo por la arena. Un torso desnudo y tranquilo recorriendo el universo. Un torso desnudo y tranquilo volviendo a ser.

¿Què es esto? Un polizonte en la nave!! ¡Vive dios, que se ha subido!
¿Què, se ha subido? ¿Quièn osa trepar a mi nave sin permiso?


.......

(trata de regresar que yo no sè volar en tu cielo)

mùsica de fondo

2 comentarios:

  1. << Sòlo se trata de paciencia y constancia. Si lo entiendes, las cosas son asì; si no lo entiendes, las cosas son asì>> dijo y sonrio.

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  2. Capitán De`Lira, aquí su Primer Admirante reportándose listo para continuar la travesía... A casa, habeís dicho, a Lugar Común, donde Ulises espera ya con el fuego ardiendo en la braza de su libre albedrío para aguardar a por nos, para mantenerse en nos... Sobre mi cuerpo habíes de pasar antes que dejaros mancillar la sublime sangre de mis queridas tripulantes, que en princesas y Ladys se habían convertido tras-pasar la niebla, mientras las rocas filosas y negras blasfemaban contra nuestra estúpida idea de navegar a por un sueño... Con mi cuerpo he defendido vuestro honor, mi Capitán, mientras habéis permanecido bajo el influjo de las trenzcitas y las faldas con holanes que no os dejan corer con libertad por la playa... Aquí presente su Primer Admirante a Bordo, mi Capitán. Aquí vuestro humilde pirata cojo que no sabe sino de rudeza, pues amigos no he tenido nunca, no que yo recuerde, sólo mi espada como una cruz al hombro, sólo esta rabia inocua que me proyege del sinsentido: un día a la vez, mi Capitán, y he aquí que ya estamos en el camino, ya estamos, estamos aquí, en cinco, en cuatro, en tres, en dos, en uno... Se ha hecho el futuro, mírelo, allá, Más Allá de la última línea del mar, hacia allá tengo ya dispuestas las velas, mi Capitán, en espera de la orden para seguir...

    "No soy un fulano con la lágrima fácil, de esos que se quejan sólo por vicio..." Soy muy suyo:

    Primer Admirante a bordo de Nave Nodriza (DÍA SEIS REGRESIVO: ESTAMOS A MENOS SEIS GRADOS, MI CAPITÁN, CUÁNTOS MÁS VIRAMOS??)

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