Bushido

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jueves, 9 de julio de 2009

Bushido - 6


Yu



...no tengo espada, yo hago de mi constancia mi defensor...


[Hay una ligera tristeza, expansiòn subterranea de melancolía huèrfana de nombre y apellido. Sólo asì, un ligero temblor de piernas, un paso en falso que no llega a doblar ni caer, una incertidumbre que enciende un cerillo.]

Incapaz aun de sostenerme a mì mismo. Sigo, sigo, camino.

(¿O creo que camino? ¿O finjo que camino?)

Igual que el samurai busco ser el guerrero del valor. Hago de mi cuerpo la construcciòn de mi destino. Extiendo mis voluntades, asfixio mis miedos, enciendo mi coraje. Hago de mi cuerpo mi trabajo volitivo.

¡Pero estos brazos, dèbiles a punta de olvido! Pero estos brazos dèbiles que se vencen bajo el peso de mis pensamientos. Pero estos brazos que sòlo a otro sabìan abrazar y que al volverlos a mì me desconocen, me rechazan, me sueltan, me tiran, me jalan, me lastiman. Pero estos brazos que aùn no me pueden soportar. Estos brazos que necesito reenseñar.

Tiempo, paciencia, fe, es cuestiòn de.
Y me miro, me observo, me pregunto: ¿es acaso mi cuerpo culpable de su debilidad? ¿no fui yo quien lo dejò olvidado en un rincòn enterrado bajo montones de pereza y desdèn? Vuelvo a insistir entonces. Una vez màs sin tocar el piso, una vez màs extendidos a los lados, una vez màs de cabeza, una vez màs hacia el frente.

ser lo que quiero ser requiere un gran esfuerzo. y un largo tiempo.

lunes, 6 de julio de 2009

Bushido - 7

Makoto



...no tengo armadura, yo hago de mi corazòn mi protección...



Ya estàn muy cerca, Señora C; ya los oigo, percibo los cascos golpeando la tierra y las amarras de las fundas siseando entre las piedras.

Ya estàn muy cerca, tan cerca que es posible percibir el olor de la advertencia. Es menester tomar las providencias. Apearse en el centro de uno mismo y mirar, con ojos bien abiertos, las puertas de entrada.

(pero no olvides tù que la dama Miaulina es fanàtica de fundirse entre muros y atravesar ventanas, que Lady I se lanza entre lianas mientras que la Condesa de L se cuela en ondas agudas y la señora C maneja la bruma)

Ya estàn cerca, tan cerca que traen consigo la hora señalada para cumplir las promesas.

(¿Seremos capaces de hacer florecer el verbo que tanto invocamos?)

Ya estàn cerca, señora C, tan cerca que nos erizamos desde la espina y respiramos dispuestos a la tierra de nadie, a Màs allà donde el aquì sì se realiza en subjuntivo pluscuamperfecto.

Ya estàn cerca, señora C, tan cerca que nuestros espiritus de guerrero ya se agitan y reverberan en la felicidad del encuentro.

No hay màs tibiezas, salimos a por lo nuestro, buscamos el abrigo rocoso donde guarecer las armas, llegamos al final del ùltimo pasillo, ya no más manzanas envenenadas, no màs renegar de nuestro apellido, basta de tejer mortajas, ni un hilo màs para matar un ser distinto, no màs quedar en solitario al pie de la cruz, sin reloj marcando las doce, no màs detràs de la puerta, adios a morir esperando en el desierto, no a las espadas amenazando nuestros cuellos, no subir màs a un aviòn con otro vuelo, y no tejer màs en la rueca de los miedos.

......


Caballero de las melodìas distorsionadas, Caballero funàmbulo DeLlira, Caballero danzante de las alturas, Caballero de rostro tripartito... y no màs arrinconarse y cavilar.